martes, 29 de abril de 2008

¿Y si el gran gurú tenía razón?


foto cogida sin permiso a carrerasenlazarzuela.com



¿Y si un año más tarde descubrimos que el gran gurú tenía razón y Mangano no era caballo de handicap sino que podía aspirar a más?


Pues eso parece, que el hándicap se le ha quedado pequeño después de su enorme victoria con 62,5 kilazos a la espalda en la lototurf del domingo. Un año entero cumple ya sin caerse del trío nuestro más honrado pensionista.


Pero la del domingo es una victoria especial, uno de esos triunfos que te emocionan más allá del propio momento de su consecución. Es una de esas ocasiones en las que se echa la vista atrás, se repasa lo vivido junto a él, junto a Mangano, y las suelas de los zapatos dejan por un rato su actividad erosionadora para pasar a levitar cerca del pavimento, rememorando como hace algo más de un año su futuro deportivo deambulaba lejos de un recinto ovalado, haciendo repaso del camino recorrido desde el momento en que Mangano comenzaba a hacer añicos las esperanzas de sus responsables con sus continuas hemorragias pulmonares hasta este otro en que provoca la hemorragia elucubrativa de aquellos haciendo añicos a sus rivales.


El valor alcanzado el domingo por Mangano es fruto del esfuerzo, sacrificacio y dedicación de mucha gente. El alemán es muy, muy complicado, tanto por su fragilidad como por su carácter. Por el camino han quedado muchos sustos, disgustos y cabreos, siendo el mayor damnificado del fürer el patriarca de la cuadra, cuya espalda, pelbis y oreja no encuentran fácil acomodo en su anatomía tras sus eventuales ligazones. Todo esto convierte cada victoria suya en algo especial, cada vez va superando retos mayores y eso tiñe nuestra piel de tejido gallinaceo cuando, como sucedió el domingo, escala una cota más alta.


Resulta que al final el gran gurú amarillo va a tener razón, que el caballo puede aspirar a algo más que a hándicaps. Sobre el verde madrileño de La Zarzuela se ha ganado su derecho a portar la bandera de la ilusión amarilla en una cita especial, en un Gran Premio, en la mejor carrera de la temporada turfística de alguno de nuestros mejores hipódromos.


Pongamos que hablo de Madrid